Hace veinte años, el segundo huracán del Atlántico más mortífero de la historia golpeó a Honduras y sus países vecinos. El huracán Mitch mató aproximadamente a 7.000 personas en Honduras y cerca de 4.000 en Nicaragua. Los informes no oficiales indican que hasta 8.000 personas más en la región nunca fueron consideradas.
Como una forma de recordar este desastre histórico, los actuales donatarios de la Fundación Interamericana (Inter-American Foundation, IAF) en Honduras y Nicaragua compartieron sus reflexiones sobre el huracán Mitch: cómo han cambiado las cosas, cómo el trabajo de sus organizaciones en la actualidad es una respuesta a los efectos a largo plazo del desastre y cómo se están tomando medidas para mitigar los efectos de futuros desastres.
Una tormenta de magnitud histórica
Además de alcanzar el nivel de categoría 5, la característica más destructiva del huracán Mitch fue su movimiento lento. Durante casi una semana, Mitch descargó lluvias torrenciales: los informes oficiales registraron unas 36 pulgadas en Choluteca, Honduras; y según informes no oficiales alcanzaron las 75 pulgadas. El huracán Mitch provocó escasez de alimentos y agua, condiciones sanitarias peligrosas y brotes de malaria, dengue, cólera, hepatitis y enfermedades respiratorias y gastrointestinales en toda la región.
Honduras contabilizó $3,8 mil millones de los $6 mil millones en daños estimados, lo que retrasó el desarrollo del país por décadas. Alrededor de 1,5 millones de personas (o cerca del 20 por ciento de la población) se vieron afectadas por el huracán en Honduras, con 285.000 personas sin hogar y 25 pequeñas ciudades destruidas.
“La caricatura ‘El fenómeno’, que describe la destrucción física y económica de la tormenta, se publicó en el periódico local poco después de Mitch”.
-Efrain Cuellar, presidente de la junta directiva de Empresa de Servicios Múltiples Artesanos y Guías de El Pino
El daño que causó el huracán Mitch fue tan grande que dejó los mapas obsoletos. Se estima que el 70 por ciento de la infraestructura de transporte se destruyó. El huracán también afectó gravemente los cultivos de café, plátano y piña y mató a miles de ganado y otros animales. Muchas familias cuyos medios de vida dependían de la agricultura se enfrentaban a la hambruna. La industria del camarón, una importante exportación nacional y fuente de empleo en el sur de Honduras, quedó casi totalmente destruida.
En Nicaragua, Mitch afectó a más de 800.000 personas (o alrededor de 19 por ciento de la población) en aproximadamente 72 (o cerca del 59 por ciento) de sus municipios. Muchas clínicas de salud quedaron destruidas y la red de agua potable y saneamiento sufrió algún daño. Nicaragua perdió alrededor de 5 por ciento de su PIB, con la agricultura especialmente afectada, y hubo un daño inestimable en los bosques y recursos naturales. La sedimentación y los cadáveres de animales mezclados con aguas residuales y otros materiales contaminaron el agua en muchos lugares.
Las secuelas
La ayuda internacional en los meses y años posteriores al huracán Mitch totalizó más de $2 mil millones y cambió la región. Un importante cambio positivo fue la Ley 337 de Nicaragua, aprobada en marzo de 2000, que creó el Sistema Nacional de Prevención, Mitigación y Atención a Desastres y planes regionales de reducción de desastres. Igualmente, en Honduras, el desastre estimuló la creación del Sistema Nacional de Gestión de Riesgos. Otro resultado positivo fue la organización y el activismo de la comunidad, al principio para liderar los esfuerzos de recuperación y reconstrucción, y con el tiempo, emprender un desarrollo comunitario más amplio.
Nelson Martínez, técnico de café de la Cooperativa de Servicios Agropecuarios 25 de Julio, en el municipio hondureño de Victoria, Yoro; lo expresó claramente: “Después de Mitch, las comunidades sintieron la necesidad de ser representadas. Las ONG y el gobierno promovieron estructuras organizativas como cooperativas de crédito, pequeñas empresas y asociaciones. Los gobiernos municipales crearon oficinas ambientales encargadas de controlar las donaciones y garantizar la transparencia”.
Uno de los donatarios actuales de IAF en Posoltega, Nicaragua, la Asociación Multidisciplinaria para el Desarrollo (AMDES), se estableció después del huracán Mitch en el área donde ocurrieron más de la mitad de las muertes que causó el desastre en el país como resultado de un deslizamiento de tierra. Hoy en día, la AMDES es una organización no gubernamental próspera.
Sin embargo, uno de los resultados negativos del huracán fue una creciente dependencia por parte del gobierno y la sociedad civil de la ayuda externa. Según un estudio del World Bank (Banco Mundial) de 2004 sobre las lecciones aprendidas de la recuperación de desastres en Honduras, las agencias internacionales no aprovecharon completamente la capacidad técnica local para la ejecución, lo que ocasionó oportunidades perdidas para impulsar la capacidad nacional.
“Seis meses después del huracán Mitch, los pobres ya no recibieron provisiones y complementos alimenticios. Muchos estaban hambrientos y luchando… incluso las lombrices en los estómagos de los niños, como se puede ver en la caricatura ‘En un lugar de la panza’”.
–Efrain Cuellar, presidente de la junta directiva de Empresa de Servicios Múltiples Artesanos y Guías de El Pino
Francis Pérez de la AMDES, no olvida la lucha de su comunidad después del huracán, pero espera que se extraigan lecciones para preparar una mejor respuesta en el futuro. “A partir de esta dolorosa experiencia, las organizaciones de la sociedad civil crearon espacios [para el diálogo sobre] la gestión de riesgos”, dijo. “El huracán Mitch marca el antes y el después en términos de prevención de desastres”.
Los testimonios de Martínez y Perez se encuentran entre los muchos que reflejan la amplia gama de efectos desastrosos y, a menudo, trágicos del huracán Mitch y las percepciones mixtas de cómo la región está abordando los problemas relacionados con el desastre dos décadas después de sus secuelas.
Haga clic en los siguientes enlaces para leer las reflexiones.
HONDURAS: Reflexiones sobre el huracán Mitch y sus secuelas
NICARAGUA: Reflexiones sobre el huracán Mitch y sus secuelas
Artículo publicado en la revista Desarrollo de Base en 1999